viernes, 17 de septiembre de 2010

"EN EL ESPLENDOR DE LA NOCHE...YO". Poesía de Arturo Muskus Villalba.



 A Doña Yusti Ramos


Gracias por esa joya de su más sensible espíritu,
la que la gente de al lado y distante a vos no comprende.
Porque la llevaré por dentro en lo más profundo de mi ser
y porque me hace creer que los motivos de mi lucha son ciertos,
por mi pensamiento que es puro como la actitud de un niño
pues no hay nada ni nadie que me haya dado una dádiva,
un goce inusitado de aquello que produce comodidad y placer,
un momento feliz, para pensar como piensa un mundo vacío.


Me enorgullezco cuando pienso como yo,
únicamente como yo,
como los que cambiaron al mundo sumido en el dogma y lo imposible.
Porque cuando leo a Benedetti, a Neruda, a Mistral,
creo que vuelo muy alto y mis tristezas de a ratos se desvanecen,
las voces de mis detractores se apagan,
Entonces alzo la frente, camino firme y grito al mundo orgulloso y orondo:
Ese es Arturo el que llevo por dentro,
el que no resiste la injustica de frente, el dolor ajeno y la ignominia del pobre.
El que con frecuencia hieren pero ahí está latente.
El quijote de hoy y de siempre.
El que llora por la ternura de una canción de cuna
Por eso una vez más le digo gran señora.
Gracias por esa valiosa Joya que llevaré por dentro.



Arturo Muskus Villalba.

Escritor y poeta colombiano





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EL QUIJOTE QUE LLEVO POR DENTO


En mis momentos pasivos de reflexión, casi triste,
auscultándome y aguzándome mi proceder en la vida,
recordé los tristes y desolados episodios del quijote.
Recordé una tarde que entró a mí esa consoladora ilusión,
porque en un mudo de calvarios y flagelos
a veces se requieren quijotes y más quijotes

Desde ese momento en mi defensa interna
en la corte imparcial de mi pensamiento tortuoso
predominó el entusiasmo y la vehemencia,
porque Dios me dijo desde mis adentros:
seguí siéndolo Arturo... seguí...
jamás declines en ser quijote.

A veces creo que la nobleza entrada a mí,
como ingrediente de la leche de mi madre,
dormido en sus senos de mujer honrada,
me hacen oír trompetas al viento,
cuando comprendo una vez más y simplemente,
que lo único importante son los demás;
lo importante no es decir cuánto hice,
sino por cuantos afligidos hice,
aunque sea en la insensatez y en la locura
 Por eso me levanté de mi lecho de enfermo,
ensillé mi lánguido y viejo caballo,
tomé mi roída y vieja armadura
y mi lanza empuñé fuerte y con presteza.

Caminé por mi ámbito alegre y seguro,
pero ya no con la estigma de quijote:
con el gozo de ser, de seguir siendo y de morir como un quijote,
porque al mundo he confesado y gritado mil veces
que orgullosamente tengo todo para ello:
mi dulcinea, mi sancho, mi viejo caballo, mi armadura, mi lanza
y además de un camino diario lleno de afligidos.

Hoy me acorde de ti, querido amigo,
porque una vez abatido te conté:
buscando un consuelo de alguien a quien amas,
que en el trasiego de mi vida en rutina,
fui a dar a las espinas punzantes de las zarzas del camino:
alguien me había lastimado llamándome “quijote”,

Pero apareciste tú,
¡ese fuiste tú, querido amigo!
quien me dijo con un gesto humilde y de bondad:
“no te afanes Arturo… ufanarte deberías por ser quijote”
Porque con sentimiento sincero te digo, amigo.
por eso te admiro.




Arturo Muskus Villalba



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HIJO DE POBRE CABALLO FINO DE PASO.


Una mujer ha parido en un destierro frió
en un rancho nauseabundo de boñiga y barro
del cielo a las mansas manos de mujer partera
resignado a la mísera cuna de lona y madera
un niño ha nacido entre la indiferencia y lo sobrio;
será niño de ropa vieja y pies descalzos
de mirada triste e imaginaciones de gozos imposibles
frustración eterna por desafuero de una sociedad sorda

Tú… hijo de rudo e ignominioso peón
platos trasnochados y restos de buena mesa es lo tuyo
semejanza de Dios pero desdichas en tu cuna has probado
de cara sucia, semblante lánguido y mirada triste
padre de trato brutal con látigo y puños has tenido
la escuela debe ser tu único deber pero a nadie le importa
el mundo gira indiferente con tus sueños y con tus desdichas
porque naciste para peón y ese es tu alineado destino
la escuela no es primordial para enlazar potros y novillos
Cuando tu cuerpo crezca y la experiencia ruda te domine.

Con extrañeza ves los hijos de hacendados jugar en el jardín.
Son de trato fugaz y de expresiones extrañas
rostros alegres, ropas nuevas y fragancias exclusivas
los observas escondido a lo lejos entre los densos follajes
luego miras tu remiendos y tus alpargatas gastada
nunca preguntas la razón de tu presente
ni gritas al éter que estás vivo y consciente
pero por dentro hierves y sin embargo callas
Soslayas iras ajenas que rompen más tu penuria tolerada

Niñas bellas de finos cabellos y caras rozagantes
de la ciudad llegan a tu lar de emporios de hacendados
con fragancias selectas que atraviesan cercas y arbustos
tocarlas quisieras como si fueran ángeles del cielo
pero siempre está en tu mente la palabra de tu madre:
no te acerques a ellos que son retoños patronales.
juguetes extraños, coches y muñecas
quedan esparcidos a la vista en terrazas y jardines
tocarlos quisieras y llevarlos al rancho contigo
para alegre diversión tuya: niño pobre y solitario

El mundo no te miró cuando niño enfermaste,
cuando en la lona sudada de tu cama crispabas
sólo tu madre abnegada y valiente a tu lado rezaba
sin medico, ni medicina, ni el cura, ni nada
y el patrón… en la ciudad gozaba
celebrando en copas de murano y vinos importados
mientras su eterno siervo, muy niño lejos fallecía
Bello Corcel de pelo brillante y esbelta crin
orgullo latente de amo ostentoso de mirada inquisidora
raudo y elegante relinchas por verdes campiñas
semental de poderoso pedigrí y exaltador de fortunas
que alcanza interés para su excelso cuido
su enorme valía es la causa de su delicada lidia
selectos pastos y cañas tiernas es su cena diaria
lo tiene todo… esa bestia aparatosa

Hermosos corceles llegaron a tu vista de niño iluso
con pasos de lujo, orgullo de jinetes impecables
deseos profanos salieron de tus adentros
sentirlo tuyo para siempre, ese animal agraciado
pero solo encontraste al despertar al instante
tu viejo caballo de palo que está roído y cansado
sobre las cosas viejas con mucho polvo yacía
el único juguete que alguna vez de niño tuviste

Cuando el tiempo borrascosos despierte tu consciencia
tu dolor, tu tristeza y tu impotencia
he de decirte algún día con verdad y con firmeza, que
con tu cara sucia, hambre perpetua y harapos malolientes
podrás dominar al parco, al injusto y al prepotente
al que de niño quebrantó tu alegría, tu dignidad y tu derecho
cuando en una plaza efervescente y abrazado de coraje
sin temor a la prisión y a la muerte
sometas al que lleva el fusil y la bayoneta calada

Arturo Muskus Villalba


Escritor y poeta colombiano
Patente Derecho de autor Ministerio del Interior
República de Colombia


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LA PROMESA LABRADA

Ayer, al frente de mi amigo el mar, la mirada alegre de la luna
el susurro de palmeras abrazadas riéndose al viento suave de la noche
recordé una promesa de enamorados etéreos y soñadores.
Hice un verso en la piel de un árbol de urapan falleciente
en una enorme y fría ciudad donde me cultivaba
que el viento brioso del tiempo borró envidioso,
en mis años nuevos con mi soledad viviente.
Son rosas rojas que circularon en el remolino del huraño espacio,
sobre el cristal de un arroyo cantor que recorrió lo mejor de mis recuerdos bellos,
Qué, como tómbola o ruleta tocan mi vida,
como el colibrí a la magnolia engreída, cuando mirando lejos los evoco.
Entonces esa suave voz en mis adentros me dice:
Arturo: deja libre ese recuerdo… y simplemente reconoce que has vivido.


Recuerdos de ella, son… extraños y palpitantes.
Mujer bella que flechó mi corazón ingenuo
de sonrisa turbulenta de encanto de sirena en noche clara de luna y estrellas.
¿Dónde está ahora nuestra promesa grabada?
como cicatriz en la piel curtida de ese árbol perdido en la inmensidad del tiempo;
¿Dónde está ese árbol remoto y olvidado?
Ese que me sirvió obediente de escriba y de apoyo
para así tocar sutilmente la fibra blanda de tus sentimientos de niña enamorada.
Sólo sepultado en mis recuerdos yace
Y me dice otra vez esa suave voz de mis adentros:
Sólo puedes recordarla, porque el destino punzante procede indiferente
resistente frío y parco al ruego y al llanto.
No invoques más con necedad lo delirante… Arturo,
la decisión fue del destino que te dijo arrogante:
no será tuya ayer, hoy, ni nunca.




Arturo Muskus Villalba
Escritor y poeta Colombino
Derecho de Autor
Min Interior
República de Colombia


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LÁGRIMAS DE MUJER



Dices que te deshonró tu abolengo.
Que se ha manchado tu señorío, tu decencia
Que las burlas de la sociedad recaerán sobre ti,
Que es impía, obscena y hasta ramera.
¿Acaso amar es pecado?
Entregarse con amor desbocado de mujer que ama
Sin más recompensas que sentirse amada
¿Quién puede condenar a ese pecado?
de aquella que gimió entregada en un lecho recóndito y ajeno
y que lleva por dentro un fruto bastardo y proscrito.

¡Infame, mil veces infame¡.
es él quien merece ser repudiado.
Y ahora se va como serpiente, en silencio y complacido
La engañó vilmente para lograr su cometido
Al saciarse de una núbil con pinturas de pájaros al vuelo
Con promesas de desnudos a flor de vil sentimiento
de te amaré toda la vida; mentira disfrazada

Si con amor lo hiciste
No has pecado…niña buena
Sigues siendo digna y pura como las mieles de enero
y algún día un velo blanco posará tu digna frente
con azucenas frescas y azahares tiernos de primavera
para que nadie toque tu pasado de honor y regocijo

No llores mas, niña mía.
Que tus lágrimas levanten al vuelo palomas blancas
La virtud de tu honradez terminará por imponerse
Vuelve a correr libre por el dorado trigal en el estío
con mariposas rumorosas de idilios y encantos, reina mía.
como las flores y burbujas que viajan por el diáfano arroyuelo

Tus lágrimas de cristal caen una a una
y al caer se convierten en geranios y camelias
que besan tus pies y te ruegan que lo olvides
se feliz, niña mía, porque el universo conoce tu sonrisa
Dios sabe que has amado en abril de cigarras y colores
que con el canto del sinsonte en el guayabal te dice:
se feliz y vive… hija de mis amores.

 
ARTURO MUSKUS VILLALBA
Escritor y poeta colombiano
Derecho de autor



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MUJER DE CABARET

¡Déjame llorar otra vez!
porque quiero sangrar de una vez el dulce veneno de tu fascinación
volver a correr libre sin el lastre agresivo de tus gestos de placer
y regresar a ser el hombre aquel: bohemio, enamorado y soñador.

 Sal de mi vida, mujer de cabaret
Diosa del pecado e incitadora a la carne obscena
si me crees doblegado ante la locura de tus besos
la exploración irresistible de tus collados a blanca tez
he de decirte que has triunfado,
porque tus cadenas ya se funden en mi piel

Tu sonrisa preciosa la llevo por dentro
la que me hace declinar otra vez mi intensión de confinarte
tu desnudez me tortura y me encierra en este infierno
que es el frio burdel donde me sacrificas día a día

Gotas de vino lentamente rompen el legado de mi madre
borracheras lagunosas que oscurecen mis valores
camas mancebas que ebrio me comprenden
vaporinos en el goce de tus frutos y yo presente

Triste y vació siempre siguiéndote entre risas ajenas
delante de burlas y desprecios del mundo mío
siendo yo de varón de cuna noble con ceda y lino
ahora estoy en el fango nauseabundo de tu vida y la mía

Promesas ansiosas de mis labios caprichosos
se llevó el viento frio de tus recuerdos tristes
verte galante y respetada desprendida de tu vida alegre
fue ilusión de amarte y respetarte hasta la muerte

Devuélveme la vida… mujer de cabaret.
desearía no ver tus ojos verdes que a fuego vivo me torturan
tu cuerpo de diosa desnuda que intransigente me deslumbra
tu sonrisa sensual que me seduce.

Sueños de una gran señora tuve para ti
donde nadie supiera nuestra historia vivida
en un mundo sin pasado, sin tristeza, ni gloria
sólo tú y yo y la inmensidad al frente.


Había un mar blanco azul, cálido y majestuoso
de blancas arenas que esculpían tus delineadas pisadas
palmeras azarosas, estrellas y lunas celosas
y… tu bella diosa acostada desnuda en una playa perdida.

Con amores fugaces de beodez copas y canciones,
me enseñaste a tocar el cielo al ardor del mundano goce
cuando delante de tu alucinante desnudez yo temblaba
En mi inocencia perdida ante tu calidez fatalizada

Y empezó el hechizo: amor de marineros, juerguistas, tahúres y truhanes
he de decirte con la vehemencia de lo justo
que la muerte impávida de una vez imploro
En este mundo vacío y sin futuro
a compartir por siempre a mi repudiada amada
con lo indigno del goce, del vicio y el consumo.

Prefiero morir a perderte… mujer bella
y aunque en tu labor me engañes día a día
en esta casa del placer, el vicio y la mentira
prefiero decirte con vehemencia y sin decencia:
engáñame si quieres con los que tu carne gozan
que con precio de oro y plata te conquistan
a que tus encantos me abandonen en esta obsesiva quimera

Como una virgen te veo en un indigno y repugnante lecho
con manto, belleza y majestuoso porte
y yo sumiso piadoso, arrodillado y suplicante digo
ven conmigo y ámame, vayámonos bien lejos a un mundo sin historia.




Arturo Muskus Villalba