Todos los días llego
allá
solo para verla una
vez más
mi vieja querida que
está enferma y cansada
en su viejo su mecedor
siempre está sentada
con su mirada
profunda de ojos gastados
en el quiosco de paja
de su bello jardín
con la jarana de las
mirlas y sinsontes en el guayabal
Sólo a ella le pido
mi café de la mañana
se levanta despacio y
va a la cocina
me lo trae en mi
tacita vieja y cuarteada
ella casi no ve… pero
casi a ciegas me lo pone en mi mano
pero el café nunca es igual:
a veces amargo, a veces
muy dulce, a veces helado
pero es el café más agradable
que tomo; ese es el café de mamá
Me cuenta cosas cuando tomo su café
siempre de los descomedimientos
de papá
quejas y quejas de mi
viejo, le digo en dulce reproche
a veces discutimos
pero el café siempre está ahí
es tu marido… 60 años
con él, sopórtalo ya
así es, sé que los
amas también, me dice resignada
Luego nos calmamos y
el café sigue ahí
otra vez ternura: arréglate
el cuello... hijo del alma
y como sigues mamá,
le digo
pero no dice nada
me arreglo el cuello,
y le digo, gracias mamá
y bebo otro sorbo más de café
Se mece un poco y
mira hacia arriba
la veo feliz con sus
espejuelos estropeados
veo sus canas y su
cuerpo vencido
su traje blanco de encajes
morados
sus babuchas negras
en sus rugosos pies
Sigue meciéndose y se
toma el cabello.
Y cuando vuelves? -me dice otra vez
volveré, mamá, mientras
estés viva y tengas café
mira hacia abajo, ella
piensa qué decirme
Pero no dice nada y
me mira angustiada
De pronto: qué hora
son, me pregunta
le contesto de inmediato,
las nueve, mamá
yo también pienso qué decirle
pero mis temas comunes
no son para ella
hay un silencio hasta
que al fin dice algo:
ayer recé mucho por ti,
hijo del alma
qué bueno mamá y le
tomo su mano
Siempre rezo por ti, hijo
mío, me dice otra vez
ahora me falta un
solo sorbo de café
y ella no deja de aferrarse
a su rosario de rosa
no te vayas todavía, hijo,
solo un rato más con mamá
desayuno para ti, tengo
ya, huevos, pan y café
no… mamá, con este
tinto está bien
quédate un rato más, me
dice otra vez
Sabe mi eterna
respuesta:
tengo que trabajar, y
lo sabes, mamá
mejor, dame tu
bendición, en la puerta me esperan
me rindo a ella y me
toca la frente
hijo mío, que te protejan
la virgen y San José
Le beso su frente. Pórtate
bien, otra vez dice
me toma de la mano
y todos los días son así
mañana vuelves otra
vez? me pregunta sonriente
tú sabes que será así,
mamá
me voy despacio de su bello jardín
mientras las mirlas y
sinsontes nos ven desde la enramada
La miro a lo lejos
y descubro que también
me mira
se apoya en su bastón
con su joroba pesada
y se sienta de nuevo siguiéndome
con su vista
otra taza de café con
mamá
no hay duda… es mi mejor
café
Arturo Muskus
Villalba