domingo, 7 de enero de 2018

Tus huellas en la arena no se ven… papá.



Ayer soñé contigo papá:

que ambos caminábamos por una playa solitaria, estrecha y larga

que se adentraba en la inmensidad del mar azul,

donde en ambos lados veíamos el blanco resplandeciente de la espuma

y las olas reventarse contra los acantilados en la lejanía.

Hablábamos muy divertidos, mientras me llevabas de la mano,

pues me veía como un niño tal vez de ocho años;

pero me llamó la atención que tus huellas no se formaban

porque el agua mojaba tus pies.

mientras que las mías quedaban fijas en la arena

de color oscuro contrastando con el dorado brillante que forma el sol.

Te dije que dejaras las huellas como lo hacía yo.

Me respondiste que no podrías dejar huellas en la arena.

y que siguiera las mías al regreso para no perderme,

porque tú no regresarías más conmigo,

pues donde íbamos a llegar no podría yo entrar.

Así fue, me dejaste en una edificación al final del mar

Algo extraño que no recuerdo y regresé solo y desconsolado,

Siguiendo mis pequeñas pisadas hasta ver el consuelo de mi madre.

Ahí desperté reconociendo tu inspiración sobre mí en el más allá, papá.

Te recuerdo mucho padre bueno. Me haces mucha falta.

Este sueño lo tuve cuatro días después de tu ida.

Paz en tu tumba papi.


A mi padre fallecido el 4 de mayo de 2015.  Ricardo Muskus Vergara