lunes, 28 de noviembre de 2011

A LOS QUE EXALTAN LOS ODIOS EN LA PATRIA


MI   HIJO

UN HÉROE MUERTO



Y donde esta tu hijo…. Mujer?
Se lo entregué vivo a la patria
regresó lívido y frio  en un ataúd
y no quiero honores ni banderas
no quiero este héroe muerto
prefiero un cobarde y bruto a mi lado
lo quiero vivo y con aliento.

No me importan los honores
nada lo hará vivir
honores de qué?
honores al político que engaña y roba
honores al juez que es sobornado
honores al que extermina para ser compensado
honores al potentado que somete al siervo
honores al que expropia al olvidado
honores al que compra la conciencia del iletrado
honores  de qué?

Devuélvanme mi hijo, infames
qué vienen a hablar de patria
si ustedes no la sienten por dentro.
no me importa esta patria con mi hijo muerto.
murió inocente en  primavera
lárguense de este rancho ahora
un honor no callará mi llanto
por el que llevé en mi ser por dentro

Ese que amamanté en largas  noches de vela
ese que alimenté con mi virtud y en la pobreza
ese que corrió libre en la campiña verde
ese que sentí  mío y apreté en mi pecho
Ahora no está
Y los que piden sangre donde están?

Nada me callará mi llanto.
nadie previó esta amargura mía.
solo se actúa por lo que es de interés.
soy muy poca cosa para ser valiosa
en un patria que el poder se remunera
y  ahora me consuelan con una bandera
y  callan mi dolor con un honor

No mas honores y lárguense soldados
déjenme sola con mi dolor de madre
quiten esa bandera de féretro de mi hijo
no quiero fusiles trompetas ni condolencias
que él murió por nada
porque los infames que originan la guerra
gozan de fortuna y amparo por siempre
no merecen este sacrificio humano,
están vivos y gozando placeres

Y mi hijo ahora está muerto.
¡Váyanse soldados¡
  que aunque sé de su dolor
pocos merecen sus vidas nuevas.
Váyanse doctores de la patria,
con sus vestimentas a la moda
 sus fragancias exclusivas
y sus compasiones de palabras raras

No me detallen su muerte
ni dónde fue el combate
déjenme sola con mi dolor
déjenme sola en mi pobreza,
déjenme con mi tristeza, soldados
los que caen siempre son los nuestros
no quiero honores militares



Arturo Muskus Villalba


viernes, 5 de agosto de 2011

Dios se parece a ti



Y de nuevos me hablas de tus  males
De  tu penuria sufrida en la  vida, 
de tus sinsabores en tu diario trasegar. 
Acaso no sabes la  verdad revelada:
  sólo por haber nacido
eres glorioso; inmensamente grande, 
porque  Dios se parece a ti 
eres lo más sublime y perfecto de la creación  

Grandes somos pero la ignominia nos vilipendia. 
La sociedad nos clasifica 
El dinero y la nobleza nos separan. 
Aunque de madres abnegadas hayamos  nacido
por  la cuna  donde crecimos nos etiquetan. 
Que nunca te contraiga  tu pobreza
  porque  pobres fueron los que viven en el cielo
bienaventurados los pobres dijo el nazareno;
por un orificio de aguja jamás pasará un camello. 
El dinero y el poder no siempre hace feliz, 
y tu tesoro en la tierra es tu honradez
no adquirible con todas las fortunas terrenales
ni con lujos, ni comodidades, ni placeres.
 
Ese es tu valor más grande:
caminar libre como el viento, 
con tus brazos abiertos y de frente a la vida,
gritándole al mundo con orgullo impetuoso, 
que todos  los que se han burlado de ti;
todos  los que te han humillado
todos  los que te han sido injustos
jamás podrán señalarte  la deshonra.
  Por sólo eso has vencido amigo mío
y  jamás te rindas a la desgracia.
Sufrir nos hace fuertes y a veces sabios.
Trabaja duro y con esmero, 
sin dejar de servir a los demás.

Se feliz que lo mereces,
con la  búsqueda eterna de la prosperidad, 
porque tienes derecho a ser feliz
a contemplar sereno el sol y las estrellas,
a amar y ser amado sin miedo al desengaño
a ver en el tiempo uno a uno tu generación
aunque la torpeza de tu ancianidad te sorprenda, 
con la madurez  ceñida en tus canas
  
En el epitafio  de tu fría tumba
y en la mente de los que aun viven 
deja algo a este mundo:
un poema, una canción, un proyecto, un invento,
deja una dedicación o con pasión una labor.
  Deja ternura, deja amor,
deja  cura para el dolor,
pero que nadie ignore tu vivir,
que el mundo sepa que viviste.

Deja algo tuyo al  mundo
porque es triste ser como el cerezo aquel
que de una semilla diminuta descendió
cual generoso  por dulces frutos que deleitamos, 
pero en leña quedó y en fuego acabó;
se fue para siempre perdido en el tiempo
sin provocar un recuerdo, un suspiro, una ilusión
  
Somos, mucho más que un arbolillo acogedor
somos razón, somos alegría, somos pasión
como profundo  es el tiempo
profundo nuestros recuerdos
limpia tus lágrimas y no llores más
grita al mundo tu alegría 
levántate y anda, se feliz 

Arturo Muskus Villalba

jueves, 7 de julio de 2011

La Dura Realidad de la Guerra en Colombia



                                                         
                      
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Barranquilla Colombia

domingo, 2 de enero de 2011

Mi dependencia a ti




Y la vida pasa locamente
a veces sin darme cuenta que aún estoy vivo
el lienzo irrompible de mi resignación
me hace ver en el letargo de cada atardecer
inerme ante la lucha por la vida

Porque disfruto mi desgracia a cuestas
pues no soy capaz de olvidarte
Es que estoy condenado a extrañarte por siempre
sintiendo la calidez de mi sangre fluir por mis venas
y preciso de tu aliento y tus labios ensoñadores.

Sórdido a través de la ventana veo la gente correr
bajo la lluvia en el fantasma del ocaso gris
la misma lluvia que borraría mis desesperanzas
mis miedos, mis amarguras,
si tú regresaras a mí algún día.

Nunca olvides que te amo.
Y aunque estés despierta en otros brazos
en otro amanecer de susurro y pasión
nunca olvides mi recuerdo
aunque sólo muestres tu  vanidad
como la sombra de luna llena en el camino
llévame contigo en tu recuerdo.




Arturo Muskus Villalba


Escritor y poeta Colombiano









lunes, 18 de octubre de 2010

PARA DESPUES QUE MUERA



Gracias Dios mío
por esta vida

Escribir es mi vida… lo tengo claro
y no descansaré hasta que el mundo me reconozca,
así sea sobre mi tumba fría,
que mis obras caminaron el mundo.
La humildad dedicada nunca vence a la verdad.
No me importaría exaltar mi ímpetu prepotente,
porque sé que mi espíritu me ha dicho muchas veces
que lograr la memoria del mundo es vivir para siempre.
Sí... para siempre. Estoy seguro.
¡Vivir para siempre¡
Amigos míos.



Por eso cuando muera, recorreré mis recuerdos:
las callecitas alegres de mi barrio en los sesentas,
los matarratones florecidos en candilejas del jardín;
el olor a tabaco que entraba por el ventanal
en mi sencilla escuela de barriada pobre;
de mi primer amigo: Nabil Jackaman,
en eternos recreos de canicas y balones;
de sanas travesuras de carnaval;
de mi caballito de palo relinchón;
de mi patineta de balineras;
de la negra Belén con su pregón matutino
de delicias humeantes:
envueltos y cocadas.

Mi infancia fue feliz, lo reconocería mil veces.
Fui feliz desde el siguiente día de ver este mundo,
que amo, pues sólo soy un enamorado de la vida.
Amo la vida y la vivo a toda,
como si supiera que mañana moriría.
De eso estoy seguro.
Sólo quiero vivir más; disfrutar más y más
el milagro del universo.


Amo mi sabanas de Sucre y el barrio LA FORD
donde nací en mi amada Sincelejo.
Amo el mar de coveñas
y las peras rojas del patio de la niña Asteria de Casas,
que ya murió
y ese patio sólo existe en mis recuerdos,
porque el modernismo absorbió ese cuadro
pintado por siempre en el lienzo de mi vida.


Amo el recuerdo de mis padres, serenos y buenos.
Porque creciendo al lado de ellos supe que el amor sí existe.
Amo el recuerdo de mis bisabuelos
en una casita de paja de un pueblo recóndito,
donde además de amor eterno,
estaba siempre la tinaja esquinera y su vaso de peltre;
los mecedores sampuesanos
y el mochuelo cantor de la Sierra Flor.


Amo el tamarindo del patio, casi seco, lleno de barbaemicos
que escondido me orinaba todos los días,
donde los chupahuevos, maríadedías, pitirres y azulejos
hacían un estruendo mañanero,
que se oía en todos los cuartos de la casa de mi abuela.
Las calles saturadas de barro
y el croar misterioso de los sapos en los charcos
en el mundo turquí de la noche cálida.


Amo el recuerdo de la primera vez que besé a una mujer:
fue a una noviecita de infancia
debajo de la ceiba en la entrada del campestre.
Amo mi eterna compañera:
Sarita querida, mi aliada de lucha por siempre,
la que sufre y calla ante mi rebeldía,
al no ver de frente el mundo que deseo:
de niños sanos y alegres correr por la campiña florecida,
de paz y solidaridad entre los pueblos y naciones.
En la eternidad nos seguiremos amando por siempre, amor.
Te lo juro… Sarita!


Amo la obra viva que dejaré en la tierra;
mi hija preciosa, alegre e inquieta.
Amo a mi Curramba del alma,
mi amado Junior con sus seis estrellas
y mis poemas que llevaré por siempre.


Por eso estoy llorando ahora
y lloraría mil veces
al culminar este poema arrancado a mi vida.
Es que vivir es regocijo, es pasión, es esperanza
es agua pura circular sobre la tórrida arena.
Qué importan las espinas
si al final sentiremos la obra del creador
sentiremos las tersuras
sentiremos los aromas
de una bella rosa roja
y salpicada de rocío primaveral.

Gracias Dios mío…
por esta vida.

Arturo Muskus Villalba.
Derecho de Autor
Min Interior
República de Colombia 

viernes, 17 de septiembre de 2010

"EN EL ESPLENDOR DE LA NOCHE...YO". Poesía de Arturo Muskus Villalba.



 A Doña Yusti Ramos


Gracias por esa joya de su más sensible espíritu,
la que la gente de al lado y distante a vos no comprende.
Porque la llevaré por dentro en lo más profundo de mi ser
y porque me hace creer que los motivos de mi lucha son ciertos,
por mi pensamiento que es puro como la actitud de un niño
pues no hay nada ni nadie que me haya dado una dádiva,
un goce inusitado de aquello que produce comodidad y placer,
un momento feliz, para pensar como piensa un mundo vacío.


Me enorgullezco cuando pienso como yo,
únicamente como yo,
como los que cambiaron al mundo sumido en el dogma y lo imposible.
Porque cuando leo a Benedetti, a Neruda, a Mistral,
creo que vuelo muy alto y mis tristezas de a ratos se desvanecen,
las voces de mis detractores se apagan,
Entonces alzo la frente, camino firme y grito al mundo orgulloso y orondo:
Ese es Arturo el que llevo por dentro,
el que no resiste la injustica de frente, el dolor ajeno y la ignominia del pobre.
El que con frecuencia hieren pero ahí está latente.
El quijote de hoy y de siempre.
El que llora por la ternura de una canción de cuna
Por eso una vez más le digo gran señora.
Gracias por esa valiosa Joya que llevaré por dentro.



Arturo Muskus Villalba.

Escritor y poeta colombiano





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EL QUIJOTE QUE LLEVO POR DENTO


En mis momentos pasivos de reflexión, casi triste,
auscultándome y aguzándome mi proceder en la vida,
recordé los tristes y desolados episodios del quijote.
Recordé una tarde que entró a mí esa consoladora ilusión,
porque en un mudo de calvarios y flagelos
a veces se requieren quijotes y más quijotes

Desde ese momento en mi defensa interna
en la corte imparcial de mi pensamiento tortuoso
predominó el entusiasmo y la vehemencia,
porque Dios me dijo desde mis adentros:
seguí siéndolo Arturo... seguí...
jamás declines en ser quijote.

A veces creo que la nobleza entrada a mí,
como ingrediente de la leche de mi madre,
dormido en sus senos de mujer honrada,
me hacen oír trompetas al viento,
cuando comprendo una vez más y simplemente,
que lo único importante son los demás;
lo importante no es decir cuánto hice,
sino por cuantos afligidos hice,
aunque sea en la insensatez y en la locura
 Por eso me levanté de mi lecho de enfermo,
ensillé mi lánguido y viejo caballo,
tomé mi roída y vieja armadura
y mi lanza empuñé fuerte y con presteza.

Caminé por mi ámbito alegre y seguro,
pero ya no con la estigma de quijote:
con el gozo de ser, de seguir siendo y de morir como un quijote,
porque al mundo he confesado y gritado mil veces
que orgullosamente tengo todo para ello:
mi dulcinea, mi sancho, mi viejo caballo, mi armadura, mi lanza
y además de un camino diario lleno de afligidos.

Hoy me acorde de ti, querido amigo,
porque una vez abatido te conté:
buscando un consuelo de alguien a quien amas,
que en el trasiego de mi vida en rutina,
fui a dar a las espinas punzantes de las zarzas del camino:
alguien me había lastimado llamándome “quijote”,

Pero apareciste tú,
¡ese fuiste tú, querido amigo!
quien me dijo con un gesto humilde y de bondad:
“no te afanes Arturo… ufanarte deberías por ser quijote”
Porque con sentimiento sincero te digo, amigo.
por eso te admiro.




Arturo Muskus Villalba



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HIJO DE POBRE CABALLO FINO DE PASO.


Una mujer ha parido en un destierro frió
en un rancho nauseabundo de boñiga y barro
del cielo a las mansas manos de mujer partera
resignado a la mísera cuna de lona y madera
un niño ha nacido entre la indiferencia y lo sobrio;
será niño de ropa vieja y pies descalzos
de mirada triste e imaginaciones de gozos imposibles
frustración eterna por desafuero de una sociedad sorda

Tú… hijo de rudo e ignominioso peón
platos trasnochados y restos de buena mesa es lo tuyo
semejanza de Dios pero desdichas en tu cuna has probado
de cara sucia, semblante lánguido y mirada triste
padre de trato brutal con látigo y puños has tenido
la escuela debe ser tu único deber pero a nadie le importa
el mundo gira indiferente con tus sueños y con tus desdichas
porque naciste para peón y ese es tu alineado destino
la escuela no es primordial para enlazar potros y novillos
Cuando tu cuerpo crezca y la experiencia ruda te domine.

Con extrañeza ves los hijos de hacendados jugar en el jardín.
Son de trato fugaz y de expresiones extrañas
rostros alegres, ropas nuevas y fragancias exclusivas
los observas escondido a lo lejos entre los densos follajes
luego miras tu remiendos y tus alpargatas gastada
nunca preguntas la razón de tu presente
ni gritas al éter que estás vivo y consciente
pero por dentro hierves y sin embargo callas
Soslayas iras ajenas que rompen más tu penuria tolerada

Niñas bellas de finos cabellos y caras rozagantes
de la ciudad llegan a tu lar de emporios de hacendados
con fragancias selectas que atraviesan cercas y arbustos
tocarlas quisieras como si fueran ángeles del cielo
pero siempre está en tu mente la palabra de tu madre:
no te acerques a ellos que son retoños patronales.
juguetes extraños, coches y muñecas
quedan esparcidos a la vista en terrazas y jardines
tocarlos quisieras y llevarlos al rancho contigo
para alegre diversión tuya: niño pobre y solitario

El mundo no te miró cuando niño enfermaste,
cuando en la lona sudada de tu cama crispabas
sólo tu madre abnegada y valiente a tu lado rezaba
sin medico, ni medicina, ni el cura, ni nada
y el patrón… en la ciudad gozaba
celebrando en copas de murano y vinos importados
mientras su eterno siervo, muy niño lejos fallecía
Bello Corcel de pelo brillante y esbelta crin
orgullo latente de amo ostentoso de mirada inquisidora
raudo y elegante relinchas por verdes campiñas
semental de poderoso pedigrí y exaltador de fortunas
que alcanza interés para su excelso cuido
su enorme valía es la causa de su delicada lidia
selectos pastos y cañas tiernas es su cena diaria
lo tiene todo… esa bestia aparatosa

Hermosos corceles llegaron a tu vista de niño iluso
con pasos de lujo, orgullo de jinetes impecables
deseos profanos salieron de tus adentros
sentirlo tuyo para siempre, ese animal agraciado
pero solo encontraste al despertar al instante
tu viejo caballo de palo que está roído y cansado
sobre las cosas viejas con mucho polvo yacía
el único juguete que alguna vez de niño tuviste

Cuando el tiempo borrascosos despierte tu consciencia
tu dolor, tu tristeza y tu impotencia
he de decirte algún día con verdad y con firmeza, que
con tu cara sucia, hambre perpetua y harapos malolientes
podrás dominar al parco, al injusto y al prepotente
al que de niño quebrantó tu alegría, tu dignidad y tu derecho
cuando en una plaza efervescente y abrazado de coraje
sin temor a la prisión y a la muerte
sometas al que lleva el fusil y la bayoneta calada

Arturo Muskus Villalba


Escritor y poeta colombiano
Patente Derecho de autor Ministerio del Interior
República de Colombia


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LA PROMESA LABRADA

Ayer, al frente de mi amigo el mar, la mirada alegre de la luna
el susurro de palmeras abrazadas riéndose al viento suave de la noche
recordé una promesa de enamorados etéreos y soñadores.
Hice un verso en la piel de un árbol de urapan falleciente
en una enorme y fría ciudad donde me cultivaba
que el viento brioso del tiempo borró envidioso,
en mis años nuevos con mi soledad viviente.
Son rosas rojas que circularon en el remolino del huraño espacio,
sobre el cristal de un arroyo cantor que recorrió lo mejor de mis recuerdos bellos,
Qué, como tómbola o ruleta tocan mi vida,
como el colibrí a la magnolia engreída, cuando mirando lejos los evoco.
Entonces esa suave voz en mis adentros me dice:
Arturo: deja libre ese recuerdo… y simplemente reconoce que has vivido.


Recuerdos de ella, son… extraños y palpitantes.
Mujer bella que flechó mi corazón ingenuo
de sonrisa turbulenta de encanto de sirena en noche clara de luna y estrellas.
¿Dónde está ahora nuestra promesa grabada?
como cicatriz en la piel curtida de ese árbol perdido en la inmensidad del tiempo;
¿Dónde está ese árbol remoto y olvidado?
Ese que me sirvió obediente de escriba y de apoyo
para así tocar sutilmente la fibra blanda de tus sentimientos de niña enamorada.
Sólo sepultado en mis recuerdos yace
Y me dice otra vez esa suave voz de mis adentros:
Sólo puedes recordarla, porque el destino punzante procede indiferente
resistente frío y parco al ruego y al llanto.
No invoques más con necedad lo delirante… Arturo,
la decisión fue del destino que te dijo arrogante:
no será tuya ayer, hoy, ni nunca.




Arturo Muskus Villalba
Escritor y poeta Colombino
Derecho de Autor
Min Interior
República de Colombia


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LÁGRIMAS DE MUJER



Dices que te deshonró tu abolengo.
Que se ha manchado tu señorío, tu decencia
Que las burlas de la sociedad recaerán sobre ti,
Que es impía, obscena y hasta ramera.
¿Acaso amar es pecado?
Entregarse con amor desbocado de mujer que ama
Sin más recompensas que sentirse amada
¿Quién puede condenar a ese pecado?
de aquella que gimió entregada en un lecho recóndito y ajeno
y que lleva por dentro un fruto bastardo y proscrito.

¡Infame, mil veces infame¡.
es él quien merece ser repudiado.
Y ahora se va como serpiente, en silencio y complacido
La engañó vilmente para lograr su cometido
Al saciarse de una núbil con pinturas de pájaros al vuelo
Con promesas de desnudos a flor de vil sentimiento
de te amaré toda la vida; mentira disfrazada

Si con amor lo hiciste
No has pecado…niña buena
Sigues siendo digna y pura como las mieles de enero
y algún día un velo blanco posará tu digna frente
con azucenas frescas y azahares tiernos de primavera
para que nadie toque tu pasado de honor y regocijo

No llores mas, niña mía.
Que tus lágrimas levanten al vuelo palomas blancas
La virtud de tu honradez terminará por imponerse
Vuelve a correr libre por el dorado trigal en el estío
con mariposas rumorosas de idilios y encantos, reina mía.
como las flores y burbujas que viajan por el diáfano arroyuelo

Tus lágrimas de cristal caen una a una
y al caer se convierten en geranios y camelias
que besan tus pies y te ruegan que lo olvides
se feliz, niña mía, porque el universo conoce tu sonrisa
Dios sabe que has amado en abril de cigarras y colores
que con el canto del sinsonte en el guayabal te dice:
se feliz y vive… hija de mis amores.

 
ARTURO MUSKUS VILLALBA
Escritor y poeta colombiano
Derecho de autor



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MUJER DE CABARET

¡Déjame llorar otra vez!
porque quiero sangrar de una vez el dulce veneno de tu fascinación
volver a correr libre sin el lastre agresivo de tus gestos de placer
y regresar a ser el hombre aquel: bohemio, enamorado y soñador.

 Sal de mi vida, mujer de cabaret
Diosa del pecado e incitadora a la carne obscena
si me crees doblegado ante la locura de tus besos
la exploración irresistible de tus collados a blanca tez
he de decirte que has triunfado,
porque tus cadenas ya se funden en mi piel

Tu sonrisa preciosa la llevo por dentro
la que me hace declinar otra vez mi intensión de confinarte
tu desnudez me tortura y me encierra en este infierno
que es el frio burdel donde me sacrificas día a día

Gotas de vino lentamente rompen el legado de mi madre
borracheras lagunosas que oscurecen mis valores
camas mancebas que ebrio me comprenden
vaporinos en el goce de tus frutos y yo presente

Triste y vació siempre siguiéndote entre risas ajenas
delante de burlas y desprecios del mundo mío
siendo yo de varón de cuna noble con ceda y lino
ahora estoy en el fango nauseabundo de tu vida y la mía

Promesas ansiosas de mis labios caprichosos
se llevó el viento frio de tus recuerdos tristes
verte galante y respetada desprendida de tu vida alegre
fue ilusión de amarte y respetarte hasta la muerte

Devuélveme la vida… mujer de cabaret.
desearía no ver tus ojos verdes que a fuego vivo me torturan
tu cuerpo de diosa desnuda que intransigente me deslumbra
tu sonrisa sensual que me seduce.

Sueños de una gran señora tuve para ti
donde nadie supiera nuestra historia vivida
en un mundo sin pasado, sin tristeza, ni gloria
sólo tú y yo y la inmensidad al frente.


Había un mar blanco azul, cálido y majestuoso
de blancas arenas que esculpían tus delineadas pisadas
palmeras azarosas, estrellas y lunas celosas
y… tu bella diosa acostada desnuda en una playa perdida.

Con amores fugaces de beodez copas y canciones,
me enseñaste a tocar el cielo al ardor del mundano goce
cuando delante de tu alucinante desnudez yo temblaba
En mi inocencia perdida ante tu calidez fatalizada

Y empezó el hechizo: amor de marineros, juerguistas, tahúres y truhanes
he de decirte con la vehemencia de lo justo
que la muerte impávida de una vez imploro
En este mundo vacío y sin futuro
a compartir por siempre a mi repudiada amada
con lo indigno del goce, del vicio y el consumo.

Prefiero morir a perderte… mujer bella
y aunque en tu labor me engañes día a día
en esta casa del placer, el vicio y la mentira
prefiero decirte con vehemencia y sin decencia:
engáñame si quieres con los que tu carne gozan
que con precio de oro y plata te conquistan
a que tus encantos me abandonen en esta obsesiva quimera

Como una virgen te veo en un indigno y repugnante lecho
con manto, belleza y majestuoso porte
y yo sumiso piadoso, arrodillado y suplicante digo
ven conmigo y ámame, vayámonos bien lejos a un mundo sin historia.




Arturo Muskus Villalba

lunes, 9 de agosto de 2010

POR QUÉ CALLAN LOS DE ABAJO "la otra verdad de la guerra en Colombia".


Versión impresa por la editora
"EL PERRO Y LA RANA"
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Desde cualquier parte de los montes de María, muy cerca al mar Caribe, dos colombianos cargan en cada extremo la legitimidad de sus instituciones. Cada cual esgrime argumentos de rechazo a la procedencia de su adversario, que se han formado por lo vivido y sentido a través del proceso político del país.

Don Abraham García, un ilustre ganadero del departamento de Sucre, prueba el trago amargo del secuestro como muchos colombianos. Al regresar al seno de su familia lleva un sentir de perdón, paz y tolerancia, pero sus hijos no logran controlar la ira y la impotencia que desboca a su familia, enceguecida ante muchos hechos trágicos sufridos por su secuestro y bajo un estado colombiano inerme y permisivo. Entonces actúan con letal represalia contra humildes colombianos ajenos al conflicto, no obstante han sido olvidados a través de la historia del país. Escenas olvidadas una y otra vez en Colombia en masacres donde se condena a muerte a campesinos, pescadores y pobladores ubicados en las zonas del conflicto. Las víctimas viven sus desgracia y callan para siempre ante la indiferencia de los colombianos y la omisión del estado. Gente que en su inmensa mayoría es humilde y laboriosa, que sufre día a día genocidios y atropellos por todas las partes del conflicto descritos abiertamente.

Al leer esta historia de muerte y dolor, conocerá como se vive y como se muere en la Colombia que no todos conocemos, pues muchas veces ignoramos lo que existe más allá de los cadáveres de humildes compatriotas, de lágrimas de viudas y huérfanos, de ranchos abandonados y de cementerios atiborrados. Facetas que los medios nunca han mostrado en la estrategia sensacionalista y rentable de comunicar día a día la notica trágica en este país.
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