Bellos recuerdos
aquellos en el pasar de mi vida.
Mi eterna casa,
amplia, acogedora y de ambiente alegre.
Paredes que nunca
fueron paraíso de sinsabores ni heridas.
Con las lauras, la brisa pronto vendrá, el verano está aquí.
Laura: ave emigradora de vuelo majestuoso de América.
Todos nos alegramos
cuando el olor a navidad nos abrazaba.
El ambiente cambiaba
y en nuestros temperamentos mucha paz.
Ya el viejo no está,
ni las lauras llegan, tampoco el cocotero espigado.
Solo queda una mole
de concreto riéndose orgullosa sobre mi recuerdo.
Todo se lo lleva el
presente, hoy con gente frívola, vacía y sin poesía.
Ya nadie mira en
silencio un colibrí sobre la azucena engreída y coqueta.
El siglo veintiuno
será espiritual o simplemente no será. Dijo el sabio.
Y de nuestras tumbas
no quedará la cruz, ni lápida, ni lirios morados.
Tu retrato será una
imagen ignorada y algún día a la basura llegará.
Las lauras nunca vendrán
y ese jardín será otra mole de concreto.
Ojala nunca vea la pared fría de ese jardín con obreros y
piquetas.
Pero será así, aunque lo vivido solo reposa en nuestro corazón.
Oh, recuerdos bellos, será lo único que no me podrán quitar jamás.
Oh Dios.

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