domingo, 22 de diciembre de 2013

A un amigo de lata y hierro.


Dicen que lo material no se ama
Sólo debe amarse lo que vive, respira y siente
Yo digo lo contrario
porque tú, pedazo de lata y hierro
simplemente, lo haces.
Es que palpo tu alma en tus esencias
tu amistad, tu comprensión.
Estarás conmigo y moriremos juntos... Landy
Landy... amigo mío. Pedazo de lata y hierro


Siempre te veo venir lento y pesado
Y sé que estás cansado
en medio del camino polvoriento de tierra seca y piedras
con tu crujir de huesos metálicos  vencidos
tu forma extraña y anticuada
tu ruido de vetustos móviles
y tu eterna humareda al caminar
aún así, sé que amas el agreste camino.




Landy... amigo amado de lata y hierro
testigo mudo de mis venturas y desgracias
compañero eterno de una vida sin remilgos
en el que recostado a tu capó
he llorado y reído
Testigo de mis aguardientes de sábados  de algazara
Después de días tempestuosos a nervios trepidando
Por ser yo, a veces, irresponsable e inconsciente.


En lagunas de alcohol me llevaste a casa
a los brazos de mi eterna amada
A ella, la que también te aprendió a amar
No hay duda, te debo demasiado
Por eso no exalto tu buena casa
tu otrora virtud y  eficacia  en caminos arduos
tu procedencia lejana, tu hechura prolija.
Aunque sé que ahora, ya no vales nada
Amigo mío.

Recuerdo tu llegada a mí
Casi obsequio de alguien que me aprecia
Contigo en la adversidad tuve un aliciente
Rodando en ti, llevé beneficios a los míos
Toda una eternidad en este mundo de caos
Por eso este homenaje es para ti, Landy
Amigo mío, pedazo de lata y hierro


Diciéndote amigo, que moriremos juntos
soportando las burlas de tus similares modernos
Aquellos nuevos confortables silenciosos y raudos  
que sobre el pavimento caliente vemos pasar hazañosos
Pero no importa, a tu paso siempre sano llegué
Pedazo de lata y hiero, Landy, amigo fiel


Viéndome en el espejo me acuerdo de ti.
Sabes… hemos envejecido juntos
Porque mis huesos me duelen con frecuencia
ya no soy ágil y listo como antes
 mi cabello es poco; ha blanqueado
y mis arrugas en mi faz son notables
Pero con el alma de niño te digo, Landy
Y dentro de ti respirando en tus entrañas
que ahora estoy sumamente convencido
que  lo material también debe amarse. 



ARTURO MUSKUS VILLALBA
Colombiano
Derecho de autor



jueves, 26 de septiembre de 2013

EL CAFÉ DE MAMÁ



Todos los días llego allá

solo para verla una vez más

mi vieja querida que está enferma y cansada

en su viejo su mecedor siempre está sentada

con su mirada profunda de ojos gastados

en el quiosco de paja de su bello jardín

con la jarana de las mirlas y sinsontes en el guayabal



Sólo a ella le pido mi café de la mañana

se levanta despacio y va a la cocina

me lo trae en mi tacita vieja y cuarteada

ella casi no ve… pero casi a ciegas me lo pone en mi mano

pero el café  nunca es igual:

a veces amargo, a veces muy dulce, a veces helado

pero es el café más agradable que tomo; ese es el café de mamá



Me cuenta  cosas cuando tomo su  café

siempre de los descomedimientos de papá

quejas y quejas de mi viejo, le digo en dulce reproche

a veces discutimos pero el café siempre está ahí

es tu marido… 60 años con él, sopórtalo ya

así es, sé que los amas también, me dice resignada



Luego nos calmamos y el café sigue ahí

otra vez ternura: arréglate el cuello... hijo del alma

y como sigues mamá, le digo

pero no dice nada

me arreglo el cuello, y le digo, gracias mamá

y bebo  otro sorbo más de café



Se mece un poco y mira hacia arriba

la veo feliz con sus espejuelos estropeados

veo sus canas y su cuerpo vencido

su traje blanco de encajes morados

sus babuchas negras en sus rugosos pies



Sigue meciéndose y se toma el cabello.

Y cuando vuelves?  -me dice otra vez

volveré, mamá, mientras estés viva y tengas café

mira hacia abajo, ella piensa qué decirme

Pero no dice nada y me mira angustiada



De pronto: qué hora son, me pregunta

le contesto de inmediato, las nueve, mamá

 yo también pienso qué decirle

pero mis temas comunes no son para ella

hay un silencio hasta que al fin dice algo:

ayer recé mucho por ti, hijo del alma

qué bueno mamá y le tomo su mano



Siempre rezo por ti, hijo mío, me dice otra vez

ahora me falta un solo sorbo de café

y ella no deja de aferrarse a  su rosario de rosa

no te vayas todavía, hijo, solo un rato más con mamá

desayuno para ti, tengo ya, huevos, pan y café

no… mamá, con este tinto está bien

quédate un rato más, me dice otra vez



Sabe mi eterna respuesta:

tengo que trabajar, y lo sabes, mamá

mejor, dame tu bendición, en la puerta me esperan

me rindo a ella y me toca la frente

hijo mío, que te protejan la virgen y San José



Le beso su frente. Pórtate bien, otra vez dice

me toma de la mano

y todos los días son así

mañana vuelves otra vez? me pregunta sonriente

tú sabes que será así, mamá

 me voy despacio de su bello jardín

mientras las mirlas y sinsontes nos ven desde la enramada



La miro a lo lejos

y descubro que también me mira

se apoya en su bastón con su joroba pesada

y se sienta de nuevo siguiéndome con su vista

otra taza de café con mamá

no hay duda… es mi mejor café



Arturo Muskus Villalba

domingo, 11 de agosto de 2013

Sintiendo la Vida. Mi prosa



 Primera Parte
Me gusta tu protesta de la vida, así le dije a una amiga que desesperada escribió notas quejumbrosas en la WEB. Creo que es natural que la gente escriba o diga lo que siente en el éxtasis del dolor o la dicha, y eso es lo más importante, porque pueden perdurar a través de su generación y el tiempo; no es un simple decir de gente loca, es de verdad; y más, me gusta como lo escribió: parece que me lo hubiera dicho en los tertuliaderos de Medellín cerca al parque Berríos y estándonos libando muchas cervezas Pilsen vestidas de novia (con el cuello escarchado de hielo). Eso es así amigos, yo protesto todo el día, y ayer conté nueve  hijueputasos dichos con lo más cáustico de mi alma rebelde. Bueno, eso es vivir, tiene que ser así, no es motivo para deprimirme. Me calmo cuando vuelvo a las letras: escribo todo el día; lo hago como si supiera que me ganaría millones, pero en este puto país las cosas tan bellas no valen tanto; vale mas ser propietario de un puto banco chupasangre o propietarios de cualquier emporio industrial,  sin saber que la poesía y el amor sí existen. Me refiero a aquellos terrícolas que se les reconoce manifiestamente su triunfo en la vida, que estudian y trabajan aun en la demencia senil de día y de noche para disfrutar la mies más deliciosa de la vida a su manera.  Son zombis porque viven saboreando el placer y sólo por eso aman la vida; vida superficial llena de gozos circulantes reciclados, porque todo lo han experimentado. Son vidas de ruletas (vueltas y vueltas): como acostarse con una modelo famosa sorprendida en pleno trance descarriado  o con una putica bella y refinada, en una suite costosa en Bocagrande.  Pero al día siguiente el vicio del placer los pone a pensar obsesivamente cuál será su otra acción; ah claro, meter Chivas Reagals y hasta cocaína con Pedro Pérez  en una discoteca de la Pepe Sierra en Bogotá. Esa es una felicidad fútil y muy triste que los deja con las manos vacías al final, en una resaca con intención suicida. Pero eso sí, mantienen en esa actitud  de alzarle pecho a cualquiera que ven de frente porque tienen poder. Son capitalistas hasta los tuétanos y recalcitrante con el que opina un ápice de antagonismo; por eso cuando disponen o simplemente rivalizan lucen convencidos que su verdad es la única posible, por ese vasto recorrido intelectual académico y empresarial depositado en su haber. Y lo que sale del espíritu? lo que te hace humano y a veces tierno y romántico?  Dónde hijueputa lo dejan? no lo tienen. Por eso prefiero mi vida: un soñador empedernido que quiere tocar la fama en las letras aunque solo deje al mundo esas letras vencidas por el tiempo y una cama vieja, con un colchón hediondo donde me atrape la agonía de la muerte. Prefiero sentirme feliz hablando con el vendedor callejero, contándole anécdotas como si fuéramos amigos desde la infancia. Sólo  amo que me lean y me escuchen como tú lo haces ahora. Sé que escribo no solo para que no me digan “qué bruto” y no tengo que mostrar una humildad franciscana que no llevo por dentro; escribo vivencias de gente que está viva porque su corazón late de verdad y  mis vivencias embriagadas de bohemia y sazón Caribe, como cuando las palmeras se estremecen alegres con la brisa del mar. Eso me basta. Le dije a mi amiga que de una forma u otra tenemos casi la misma situación, el mismo dilema, sólo que yo sigo feliz. Por sólo eso me gustó su escrito.


Sintiéndo la vida. Mi prosa

Segunda Parte
Tengo que decir que desde niño he sido frágil al dolor ajeno; y me exijo mucho para mitigar algo injusto sobre alguien de mi entorno, aunque sea consiente que no soy el culpable. Por eso me regalé "El quijote que llevo por dentro": es una poesía que yo me escribí, pues al paso del tiempo y con más de ciento cincuenta poesías en mi numen, ninguna había sido para mí. Qué falta de respeto y consideración para conmigo mismo, pensé. A pesar de todo el mundo gira y la gente busca la felicidad a su acomodo, busca sus amenidades, aunque unos de la forma más miserable y poca cosa. ¡Y qué raro¡ los que buscan la felicidad más baladí son aquellos que precisamente lo tienen todo y se creen que viven en la gloria, pero se deprimen a diario por pasajes de su vida profesional y social; sé que pocos pueden decir que llevan una vida apenas normal. Nadie puede ser mas feliz que yo cuando llego a mi rancho de veraneo, donde escribo mis supuestas estupideces liricas, y me tomo una puta cerveza fría; ¡juro que lo gozo! Y si vieran la casa de ese lugar retirado donde sueño; se me está cayendo y le debo dos quincenas al cuidandero. Pero me importa un rábano, soy feliz. Vivo esta vida a toda como si supiera que mañana moriría. Me rio a carcajadas de todo, porque no comparto el mundo con ángeles, sino con gente que una vez al día se ensucia de mierda al menos el culo y a veces el dedo. El que menos corre vuela. Comparto este mundo  con el que ha deseado la mujer del amigo; el que no entregó los veinte mil pesos que el abarrotero le dio de más; con el que fumó mariguana 2 o 3 años hasta que cogió algo de juicio (como yo); con el que se masturbaba sentado en el inodoro inspirándose en la profesora de ingles, la pobre víctima imaginada con una expresión de excitación casi ninfómana que gemía y gemía, pudiendo ser más digna y remilgosa que mi propia madre; con el que borracho putió a su novia, la que sólo dos horas antes le había dicho: “te amo Sonia y te amaré toda la vida”; con el que dijo que estaba en el trabajo de madrugada a su soñolienta mujer que lo esperaba hacía ocho horas; pero simplemente estaba culiando con su nueva secretaria de rasgos interesantes, con una avidez de egocentrismo tal, que no le importó involucrar su entrepierna rasurada especialmente para ese momento, consiente que su paquetón jamás sería despreciable por su decrépito impotente y manoseador jefe. Por eso no me importan mis errores, y los seguiré cometiendo porque no soy el enviado de Dios, porque sé que los de grandes remilgos, son los grandes pecadores. Fariseos hipócritas, dijo el que más siguen en el twitter  del tiempo. Y mientras no atente contra mi dignidad, ni contra mi pobre economía --la que me basta para ser feliz-- ni contra el prójimo, seguiré viviendo así; seguiré desnudando a las mujeres bellas con mi roja mente de cincuentañero cuando las veo en la calle; seguiré pensando qué hay más allá de ese colibrí que vi ayer posándose sobre un clavel encendido que mi madre sembró hace 20 años. Seguiré tomando aguardiente con gente que solo tiene la vida en su haber en un mundo complicado y seguiré escribiendo poesías y novelas;  seguiré luchando por lograr la posteridad  en medio de unos semejantes que me ignoran muchas veces, hasta que la vida me ordene el último suspiro. Y gracias por leer estas estupideces; estupideces que son de verdad, escritas con la pluma más soez pero desde bien adentro y que los beatos del manto hipócrita pueden impugnar. Hoy te dije algo de verdad  que vale más que miles de palabras rebuscadas que emiten los políticos y la gente que respira el mundo de la elite y la cultura reconocida. Hoy, simplemente…  quise que leyeras  esto.