viernes, 18 de julio de 2025

ESE VIEJO PORTON.

 



Regresé porque creí recoger mis recuerdos más sensibles de mi vida.

Volvía a ver las calles arenosas de mi pueblo, después de tantos años lejos en la soledad.

Vi un sol canicular en el medio día que irradiaba en los almendros polvorientos en verano.

Vi los niños jugando en la calle que me sacudían las evocaciones más profundas de mi infancia.

Hasta que divisé el viejo portón, ese cuadro hermoso que me vio nacer, crecer y volver.

Ahí paré y lloré agarrando las maderas del portón desgastadas por el tiempo.

No sé si lloré de tristeza o de felicidad, pero estaba ahí donde soñé.

Las violetas de mamá estaban iguales, en su color a su máximo esplendor.

Por eso sentí mi corazón latir fuertemente ante ese cuadro esperanzador.

He vuelto, estoy acá, otra vez con ellos, los míos. Cuánto ansié este momento.

Sentí esos olores a mi niñez y voces en mi mente como si hubiera regresado del pasado.

El mismo canto de las mirlas en lo alto del viejo ciruelo. El olor a estufa de leña, al horno de barro.

 La palma seca del tejado estaba ahí. 

He vuelto y aquí estoy y me voy a quedar.

Pero mi perro no me ladró alegremente como antes, me reconocía el sabueso en la distancia.

Mi perro no llegó a mí; recuerdo verlo mover su cola  cuando llegaba.  

El silencio era aterrador. Algo me decía que no habría felicidad sino tristeza y sentí miedo.

Sentí miedo de entrar, después de tantos años otra vez mi hogar, mi feliz infancia allí palpada.

Grité llamando varias veces y nadie contestó.

Abrí el portón y pasé; caminé despacio hacia adentro por lo que fue el jardín de mamá:

No estaban sus rosas, sus claveles, sus azucenas, ni las canastas de helechos.

Llegué al cuarto que había sido mío desde la niñez y estaba vacío.

Caminé lento sangrando en mis recuerdos más sublimes.

A lo lejos vi el retrato desvencijado de mis abuelos, como mirándome con reproche.

Esperaba a mamá con los brazos abiertos; más aún, a papá, ese que un día se fue y nunca volvió.

Mi padre: ese campesino bueno con botas de caucho, un uniforme camuflado y un tiro en la sien:

 Dizque por guerrillero apareció muy lejos y por eso lejos me fui.  

La calidez de mamá no llega a mí y ahora me cuesta respirar con mi sollozo latente.

Mis hermanos… dónde estarán?

Esperaba a todos abrazarme, pero nadie llegó a mí. El silencio persistió y era total.

Puse mis valijas en una mesa y miré las láminas de zinc corroídas por el tiempo

Las telarañas en las claraboyas de la sala y más allá los muebles desvencijados de mamá.

He regresado, solo para saborear siquiera un poco de felicidad como ayer.

Vi un farol tiznado de alguna navidad juntos que reconocí sobre un muro de la negra cocina.

El eterno limonar lánguido estaba a fondo del patio y el cafetal seco que me vio crecer.

He regresado para rehacer mi vida después de tantos años de soledad, rejas y encierro.

He regresado después del crujir de cadenas y candados.

He regresado después de añorar la libertad y la vida al sol como la cigarra. Hoy creo 

que he muerto varias veces en medio de la tortura y la desesperanza.

He regresado en la desgracia de creer que la lucha por los demás era grata y bien pagada.  

He regresado para sentir a mamá y contarle todo mi dolor en ese largo encierro, llorar en 

su pecho arrepentido, pero ella no estaba. 

El silencio era diciente y me humillaba.

Abrí una puerta y un anciano moribundo desconocido me reprochó mi presencia.

Acostado en un catre nauseabundo y sucio en la oscuridad del pequeño cuarto, me dijo:

unos murieron y otros se fueron y esto ya no es suyo, váyase.

No me diga que no sabe del pasado de este infeliz pueblo.

Quise quedarme un poco más pero ya nada estaba igual.

El nudo en la garganta me retorcía el alma.

Vi en la esquina del pasadizo la máquina de coser de mamá y a ella mirando lejos.

 Váyase me dijo el viejo, ni sus recuerdos de este mugroso rancho ahora pertenecen a usted.

Búsquelos porque en este pueblo infausto ya no están, la violencia se los tragó.

Me di la vuelta y tomé mis valijas llorando hasta salir por el viejo portón.

Miré otra vez hacia adentro como si viera a mamá limpiando el arroz en su taburete;

o con su mirada lejos hacia afuera desde arriba de su máquina de coser.

Vi la cocina ahumada por el rigor del tiempo y como espejismo a papá con su machete al cinto.

El pilón, las viejas ollas tiznadas y la estufa de concreto los vi por la ranura de la puerta.

Ya no están. Ya no existen sino en mi memoria. Miro al cielo cierro el portón y me marché.

Nunca más volveré. La violencia y la guerra acabaron hasta con mis recuerdos.

Oí por ahí: ''que viva la patria'' y con el camino pedregoso sigo adelante. 

No volví a mirar atrás, al rancho donde crecí. ¿Cuál patria? Digo yo. 

lunes, 2 de septiembre de 2024

EN NOVIEMBRE LLEGABAN LAS LAURAS...

 


Bellos recuerdos aquellos en el pasar de mi vida.

Mi eterna casa, amplia, acogedora y de ambiente alegre.

Paredes que nunca fueron paraíso de sinsabores ni heridas.

Con las lauras, la brisa pronto vendrá, el verano está aquí.

Laura: ave  emigradora de vuelo  majestuoso de América.

  Todos nos alegramos cuando el olor a navidad nos abrazaba.

El ambiente cambiaba y en nuestros temperamentos mucha paz.

Ya el viejo no está, ni las lauras llegan, tampoco el cocotero espigado.

Solo queda una mole de concreto riéndose orgullosa sobre mi recuerdo.

Todo se lo lleva el presente, hoy con gente frívola, vacía y sin poesía.

Ya nadie mira en silencio un colibrí sobre la azucena engreída y coqueta.

El siglo veintiuno será espiritual o simplemente no será. Dijo el sabio.

Y de nuestras tumbas no quedará la cruz, ni lápida, ni lirios morados.

Tu retrato será una imagen ignorada y algún día a la basura llegará.

Las lauras nunca vendrán y ese jardín será otra mole de concreto.

Ojala nunca  vea la pared fría de ese jardín con obreros y piquetas.

Pero será así,  aunque lo vivido solo reposa en nuestro corazón.

Oh, recuerdos bellos, será lo único que no me podrán quitar jamás.

Oh Dios.   




jueves, 23 de mayo de 2024

LA MUSICA EN EL AMOR DEL AYER.

 



En 1978, era yo un joven de veinte años, lleno de sueños en mi bella Barranquilla,

y ya me gustaba esas canciones hermosas: salsas merengues y vallenatos.

Crecí oyendo música en el frenesí de la vida y sentí contra mí muchas jóvenes,

lindas todas, tiernecitas y llenas de sueños bellos. Sentía uno el corazón de ellas

latir como golpeando nuestro pecho en cada nota de esas bellas melodías.

Ellas esparcían sus feromonas cual mariposas de colores en un lugar cálido y bello

indescriptible por la emoción de ese encuentro al solaz en la ternura, ambos,

cuando el amor nos miraba entre bambalinas. Quien sabe cuántos besos arranqué,

besos que se quedaron gravitando por siempre en la inmensidad de la vida.

Bueno ha pasado el tiempo y ahora solo tengo junto a mis arrugas y mis canas

una vida bien vivida y el recuerdo de lo bello como si hubiera sido ayer en la tarde

en mi Barranquilla, con su crepúsculo de arreboles de llamas rojas y amarillas.

Lo único que me queda son los recuerdos, que son como preciosas joyas

depositados en el cofre de mi mente. ¿Existir? sí, soy consciente, pero esas bellas

canciones son testigos evidentes de los más sublime cuando arrancas un beso

a una mujer joven e inexperta en lidias del corazón y le sientes ruborizar sus vellos

palpando la pasión de su cálida boca. La música era propicia para que ellas

entregaran su amor en aventura loca y en pase suave, con el eclipse de la pasión.

Ellas quedaban extasiadas y cerraban los ojos para que probara su boca ansiosa.

Sí... explotaba un éxtasis de promesas de juventud, de amar para siempre,

no sabiendo que en el frenesí de la vida de aventuras en la juventud se 

borraban esas palabras de hojas secas al viento madrugador en un frio amanecer.

Una de estas canciones fue ¨Tienes que quererme Corazón´ del gran maestro

Chico Cervantes de Magangué Bolívar. Excelente amigo. Gracias maestro. 

Allá en la eternidad donde  ahora estás nos vamos a ver  pronto.

 

ARTURO MUSKUS VILLALBA

DERECHO DE AUTOR

MINISTRIO DEL INTERIOR

REPUBLICA DE COLOMBIA

martes, 23 de abril de 2024

AL OTRO LADO DEL MAR.



  

 

 

¨Al encontrar en la WEB YouTube la canción ¨ Al otro lado del mar¨ del grupo Proyecto Uno, observé un cibernauta que dejó un comentario recordando esta canción como una faceta inolvidable de su vida, con un fugaz clamor ante una ilusión fallida de una relación  imposible en unas vacaciones en la isla de San Andrés, Colombia.  La música aviva recuerdos, como la brisa del mar aviva la llamarada en la noche sobre la arena. Me impresionó ese amor de juventud de ese personaje y escribí esta poesía¨

 AL OTRO LADO DEL MAR  

Atreves del tiempo aun te veo bella y amada en tu recuerdo.

Tiempo ha pasado y tu sonrisa prevalece en mi mente como si fuera ayer.

La vieja moto, tu vestido blanco, mi uniforme caqui de teniente, tu mirada.

La rosa roja que puse en tus manos, loco por tu ser y tu belleza.

El primer beso, en ese viejo hotel en que esas vacaciones te hospedaste.

Tu cara bronceada, tus ojos verdes como el mar, ese que acarició tu piel,

tu cabello rizado, tu sonrisa encantadora, más bella que el mar y las palmeras

Veinte largos años caminando por ese viejo hotel y no te olvido, Catalina.

El amor más puro, que un hombre pueda sentir por una mujer.

Ya no están las buganvilias al fondo donde te veo en la fotografía sonriente.

Que será de ti, amor, seguro solo soy un recuerdo fugaz y nada más.

Esa cena con tus padres, donde tu encanto venció mi inmensa timidez

la canción que te gustaba, ¨al otro lado del mar¨, que bailamos piel a piel,

en esa discoteca donde te sentí mía y pensé ilusamente que volverías a mí,

donde te robé esos besos, la tibiez de tu cuerpo y tus gestos de placer,

besos que quedaron flotando en el tiempo y en el espacio para siempre.

Te recuerdo entre susurro de palmeras y el canto misterioso de las olas,

que me dijeron que jamás serías mía: hombre iluso y soñador, nunca jamás.

El viejo hotel ahora es una mole de concreto, que pasa sórdido al tiempo.

Tus cartas, que aún conservan el perfume de Arpege siempre están conmigo.

Esas cartas que en el relicario de mis sentimientos yacen dormidas a tu espera.

Dos cartas y te fuiste. Te perdiste en la inmensidad de la vida y el tiempo

Tu despedida en ese triste avión que te llevó para siempre, el HK220

Nos alejamos de la gente y vino ese último beso con tu labial en mi boca.

Abordaste y me mirabas con un adiós que ahora sé fue para siempre

y se perdió en la bruma, ese monstruo volador que se llevó a mi amada.

Y con llanto seguí esa nave hasta ser un punto y perderse en la inmensidad.

Nunca más te vi, Catalina, Y tal vez fui un capricho hiriente de tu juventud.

Si no me amabas y sabías que no volverías entonces por qué de tus lágrimas.

Hoy escuché esa canción en mi soledad de esta isla y te recordé una vez más,

otra vez tu sonrisa encantadora, tus ojos verdes, la enredadera del viejo hotel.

Catalina, eres mi sueño fallido y no me resigno a perderte, no sé qué será de ti.

Solo eres parte de mi recuerdo y estaré esperándote siempre en esta isla.

Donde quiera que estés ahí estaré.  Siempre.... 


ARTURO MUSKUS VILLALBA 

DERECHO DE AUTOR 


viernes, 12 de abril de 2024

HAY LENGUAS......

 


Hay lenguas….

Lengua: manojo de nervios que te honra, pero también te destruye

Perverso músculo sentado en la boca que hace pecador al piadoso

Pues claro, tienes cerebro y neuronas, pero la lengua es la que dice

La lengua: poderoso órgano humano que causa alegría y veces llanto

En el mundo de Dios hay todo tipo de lenguas en formas y tamaños

Aquellas que hieren a diario como la bayoneta, la espada o la daga

Lenguas vestidas de pastores y sotanas, pero no representan a Dios

Que prometen honor con su fusil, pero matan inocentes para lograr virtud

De las que hacen democracia engañando ignorantes sólo para tener más.

Lenguas que se aprovechan de la ignorancia para propagar pobreza

Fariseas porque se creen salvas en la fe, pero degradan y difaman

Que creen que tocan a Dios, pero sólo están inmersas en la vanidad

Lenguas taciturnas pero impías, que sólo avergüenzan en causa ajena

Hay lenguas que se creen inequívocas y por eso su prepotencia reluce

He visto lenguas benefactoras pero ebrias en el licor abusan y mienten

Hay lenguas mundanas que gozan con lo fútil del mundo de hoy

Hay lenguas peligrosas productos de mentes apasionadas e impulsivas

Otras inocuas, pero sólo demuestran ignorancia, retardo y necedad

Hay lenguas que asechan y esperan que caigas para agredirte aún más

Traidoras que desasen pactos de amor como la de Judas Iscariotes

Lenguas llenas de veneno que solo demuestran lo que llevas por dentro

Lenguas pútridas abominables como los latigazos lastimeros a Cristo

Lenguas enfermas de frenesí en la morbosidad y la degeneración.

Lenguas satánicas e inquisidoras difundidoras de infamias y falacias

Lenguas que gozan con el mal de otros y lo comentan a lo manzanillo

Triste, pero las hay inmensas que acusan y señalan y jamás perdonan

Otras que se burlan, mortifican y escarnecen porque lo tienen todo

Otras que son especiales, leídas y eruditas, pero sólo para causar dolor

Las que azotan en nombre de Dios, pero al final pecan y blasfeman

Tumbas blanqueadas de fresco mármol blanco, pero por dentro apestan

Lenguas que oran día y noche, pero así mismo están con el mazo dando

Lenguas que causan desgracia y desolación a una humanidad ingenua

 

Pero Hay lenguas que llenan el ambiente de amor y paz

Hay lenguas bellas, benditas que expresan lo que dice Dios

Lenguas que exaltan paz y alegría y quitan la tristeza

Otras que expresan humildad, bondad y te alegran tu existir

Otras que te alegran el alma por su gracia e imaginación jocosa

Si una lengua te hace daño déjala, Dios es la que más castiga

El silencio y el desdén es tu mejor reacción a una legua sucia

Recuerda que la lengua es el reflejo de lo que llevas en el corazón

Seguro dirás imponente que ninguna de estas lenguas es la tuya

Sé sincero contigo una vez en tu vida y reconoce cual es la tuya

No te burles, no sabes todo, piensa y ora por una lengua mejor

Es el único camino para llegar a Dios.

 ARTURO MUSKUS VILLABA.

DERECHO DE AUTOR

 


domingo, 17 de diciembre de 2023

QUE SOY UN VIEJO?

 


Eso dicen.


¡Qué me importa ¡

Mi forma lenta de caminar, lleno de arrugas y canas, acosado por dolores de senectud, ¿qué me dirán?

_Reflexiones de la vida… tal vez.

A veces me critican porque soy imprudente, irreflexivo, impaciente   y mundano.

Que me importa… si he vivido. Si he existido compasivo sin tacha ni enmendadura.

 Que me importa…  haber perdido el ímpetu de mi juventud para afrontar circunstancias adversas.

Que me importa… si he llorado y he reído, he sufrido y gozado en la carrilera de la vida.

Porque he pensado y lo tengo claro que ya cometí los yerros que me hirieron y ya estoy curado.

Si a veces exploto en ira e irreflexión, pero a veces soy un mar lleno de amor, humildad y bondad.

He hecho el curso de la vida y lo sigo haciendo y lo estoy ganando con suma primacía.

Estoy ganándole a la vida porque aún busco la felicidad entre buenos y malévolos recuerdos.

Si vos en medio del dolor y la amargura aun buscas felicidad, entonces no tenés muros para encontrarla.

Porque ya me considero excluido en la competencia por los laureles entre la maldad y la benevolencia.

 He triunfado porque aún a mis largos años sigo buscando esa felicidad que nunca es plena.

Me reprochan….  que coraje… si forman esta sociedad en decadencia y menguado de valores morales.

Me reprochan…   porque me he defendido en el ruedo de la vida de los que gozaron con mi dolor.

Me reprochan… porque no sigo modelos que chocan con mi brioso y seguro temperamento bravío.

Qué me importa, si he vivido. Si he gozado viendo un colibrí sobre un coral encendido.

Felicidad: haber amado con pasión, forjado soluciones para otros, sin un ápice de interés.

Mi fortuna más que logros materiales, ahora yace dormida en el alegre corazón de mis amigos.

Por eso muestro mi pecho seguro, sin miedo al bufo ni al reproche porque estoy tranquilo.

Porque soy feliz en medio de mis años y de lo que ahora tengo, con sudor y sacrificio.

Simplemente he vivido y soy feliz, porque es lo que me llevaré seguro el día que no esté vivo.

Qué me importa, si estoy viejo. Vaaaah


ARTURO MUSKUS VILLALBA.

         Derecho de Autor